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Pensamiento: la cabeza es redonda

El pensamiento puede ir en distintas direcciones. Mientras que hace unos años las funciones cerebrales dejaban mucho que desear en la vejez, la investigación moderna sobre el cerebro sabe que podemos aprender de por vida, de modo que esta capacidad de aprender con el paso de los años se basa menos en el afán exploratorio de la infancia y la juventud y más en las experiencias de los años ya vividos.

Para fomentar la memoria de nuestro cerebro, hoy en día existe una gran variedad de suplementos dietéticos. Los distintos ingredientes, ya sea la vitamina E o C, las vitaminas del grupo B o la tan alabada lecitina, tienen todos funciones importantes en el metabolismo del cerebro. La ciencia no ha podido aportar pruebas convincentes de que una mayor cantidad de ellos en forma de píldoras y polvos tenga un efecto positivo en la abundancia de la actividad cerebral. Esto se debe a que tomamos cantidades suficientes de estas "sustancias pensantes" en nuestra dieta diaria.

Sin embargo, hay que dar prioridad a asegurar el suministro de energía a las células cerebrales. Esto sólo puede lograrse con la dextrosa. En situaciones de prueba o de estrés, un pequeño comprimido de glucosa suele ayudar a superar brevemente un "bajón". De hecho, las patatas, la pasta, el arroz, el pan y los cereales de todo tipo, la fruta jugosa y las verduras crujientes con sus hidratos de carbono son la fuente de glucosa más eficaz a largo plazo. Al mismo tiempo, a diferencia de la glucosa desnuda, contienen en abundancia todas las vitaminas que el cerebro necesita para funcionar.

La leche, los productos lácteos, la nata, la mantequilla y la yema de huevo son excelentes fuentes de lecitina. La lecitina es la sustancia que refuerza los nervios y, por tanto, proporciona más paz, calma y concentración. Pero también es responsable de que el colesterol de la yema de huevo no provoque un aumento del nivel de colesterol en sangre cuando se consume en el desayuno, revuelto o frito. La carne también es un alimento para el cerebro, tanto por sus numerosas vitaminas como por los componentes proteicos especiales que favorecen el buen humor.

Sin embargo, una dieta variada y agradable aporta algo más que nutrientes. Las comidas regulares en un ambiente relajado favorecen el rendimiento del cerebro gracias a la consiguiente sensación de bienestar, a partir de la cual la cabeza deja fluir más sus pensamientos.

Autor: Brigitte Neumann

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